sábado, 13 de diciembre de 2014



Y aquí os dejo la opinión de Núria sobre uno de los temas que recorren la novela y que me parece interesante leamos todos.

    Opinión personal

Hoy en día la sociedad española puede dividirse en dos posturas que son " las dos Españas" que representan el protagonista y su madre; una afirma que es innecesario remover el pasado, que la historia debe seguir adelante y no mirar hacia atrás, ya sea para no causar más dolor o porque no creen incorrecta la moral fascista. Y la otra, representada por el profesor, que considera necesario investigar este pasado oscuro y hacer justicia para devolverle la voz a todas aquellas victimas que no les quedó otra que guardar silencio y querer borrar todo el dolor.
Personalmente, me adhiero más a la postura de este último pues en España se quiere hacer historia a base del olvido. Y no tiene sentido; se puede pasar página, pero no borrarla u obviarla como se pretende, porque es nuestra historia, la que ellos quisieron que así fuera y que ahora deberíamos conocer todos para que crueldades a ese nivel no se vuelvan a cometer nunca y para exigir la resolución de todo lo que aún permanece oculto.
Pensemos en los muertos que aún no se han sacado de las fosas comunes ni han podido identificarse, o en los miles de nombres que ya no podrán recuperarse por falta de registros. Es necesario encontrar la manera de comunicar lo ocurrido para que la memoria haga frente a las imposibilidades legales. Y apoyar a los decididos y valientes que pretenden acabar con toda esta mentira como intentó el juez Baltasar Garzón al investigar los crímenes del franquismo, lo que le supuso su puesto. No obstante, esto no significó un obstáculo en cuanto a su postura, pues en Argentina si se han podido investigar crímenes como los relatados en la novela. Un lugar donde haber vivido en dictadura parece tener diferentes consecuencias en la población y actuaciones.
De hecho somos el único país que aún homenajeamos a los responsables de los años más duros de España, en Alemania no se les ocurriría conservar placas a militares, estatuas a Hitler o un panteón para todos ellos. Desgraciadamente no estamos tan concienciados como estos países en cuanto a lo que la dictadura significó. El futuro, con un poco de esperanza, aún se puede cambiar, pero a las víctimas ya no se les va a devolver su historia, esos niños que fueron robados ahora ya son personas mayores y puede que muchos mueran sin conocer su verdadera identidad.
Como ya he dicho, los capítulos de la novela se encuentran llenos de fechas y hechos reales que interactúan con los ficticios para dar lugar a un fiel reflejo de los horrores que vivió la sociedad española. Por ello creo que es un gran libro que permite conocer mucho mejor la historia, no solo la tragedia de los niños arrancados de las manos de sus madres, sino muchas más penurias y acontecimientos que tuvieron lugar.
No obstante, considero que sobra la excesiva acumulación de datos y su repetición que puede dificultar un poco la claridad del relato. Aun así, es un libro que recomiendo a toda la población española, para que el mensaje que Prado esconde en sus personajes sea compartido por más gente y conozcan a esa Mala gente que camina y va apestando la tierra...   
Comentarios enviados por Merche.



a)      Personajes ficticios

Benjamín Prado a lo largo de toda la novela, juega con la relación de personajes inexistentes junto con otros que sí vivieron la realidad de la época.

El primero de ellos, el protagonista, Juan Urbano como se nos presenta al final, es profesor de literatura y parece que bastante reputado, pues da numerosas conferencias en el extranjero sobre literatura española. Destaca su obsesión por investigar todo lo relacionado con la historia de España, en especial de la postguerra, tema del cual parece estar bastante al corriente, y por ello pretende contar la verdad y sacar a la luz las injusticias y salvajadas de este periodo. Su postura choca a lo largo de la novela con la de su madre, pro-franquista en muchos aspectos, fue testigo de la época y representa la ignorancia y olvido general de la mayor parte de la sociedad española acerca de lo que verdaderamente significó el franquismo. Pero sus constantes discusiones y conversaciones sobre política, literatura, teatro, etc., desde perspectivas contrarias, se convierten en documentos históricos que reflejan cómo fue nuestro país en tiempos pasados.
Tanto estos argumentos y la vida de profesor como los recuerdos con que nos cuenta la historia de la relación con su ex mujer, Virginia, completan la novela. Y aunque estos recuerdos no sean esenciales para seguir la trama, se muestra en ellos las consecuencias de una época pasada, la movida madrileña tras los negros años del franquismo, en algunos jóvenes que la vivieron. Los cuales, como Virginia, encubrían los hechos pasados con las drogas, la liberación sexual, la música, etc.
Y una tercera mujer en la vida del protagonista será Natalia que le ayuda con la investigación de la escritora desconocida, su suegra, proporcionándole información. Gracias a esta será posible la unión del profesor con la familia Serma. Su marido, Calos Lisvano, abogado, representa un personaje educado en la mentalidad franquista el cual considera la guerra y la postguerra un pasado histórico que es mejor no recordar ni remover  (postura bastante habitual actualmente).
Pero el personaje que adquiere más importancia es la escritora ficticia Dolores Serma, la “madre” de Lisvano, que lo distanció de todo contacto con el pasado y literatura. A esta no le queda otra que vivir una vida falsa, de apariencia, que la acercará a personajes importantes del franquismo como Sanz Bachiller, será su secretaria, Carmen de Icaza, al pertenecer al Auxilio Social y estar inmersa en la Sección Femenina, etc. Pero sin perder por ello la credibilidad, de hecho, este juego de interrelacionar personajes ficticios y reales, y el hecho de ser una historia tan sólida puede llevar a pensar en la existencia real de la escritora y su libro.



b)      Personajes reales


Así, vemos como la autora de Óxido se rodea de escritores reales como Carmen Laforet, las cuales fueron grandes amigas y escribieron juntas Nada y Óxido respectivamente. También aparece Miguel Delibes, vecino de la infancia de la protagonista, Cela, Carlota O’Neill y su obra Una mujer en la guerra de España a la que recurre en varias ocasiones el profesor para respaldar la posición de crueldad y dureza que supuso el franquismo, etc.
Junto a estas referencias, el autor también acumula datos y noticias procedentes de reportajes y memorias (Ridruejo, J. Martínez de Bedoya) o incluso testimonios de víctimas y militantes de izquierda, como Tomasa Cuevas o Juana Doña. Sin obviar algunos de los protagonistas de la Dictadura, como es Mercedes Sanz Bachiller, fundadora del Auxilio Social, con la que Dolores Serma tiene bastante relación, pues le pide ayuda para sacar a su hermana de la cárcel y encontrar a su sobrino. Bachiller sería sustituida en este cargo por Manuel Martínez de Tena, como explica la novela, y fue mujer de Onésimo Redondo, fundador de las JONS. Tras su muerte durante la Guerra Civil se casó con Javier Martínez de Bedoya.
Cuenta la novela la rivalidad del Auxilio Social con la Sección Femenina, y por tanto entre sus dirigentes. Por ello también es nombrada Pilar Primo de Rivera, hermana de José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange Española. Carmen de Icaza, con quien Serma también tuvo una buena relación, la cual puso en práctica la entrega de niños robados.
También Vallejo-Nájera me parece importante destacar, que dirigió los Servicios Psiquiátricos del Ejército franquista, y sus salvajes teorías de demostrar la malformación y enfermedad mental de los marxistas, que además era contagiosa, para cuyo estudio disponía de cuantos conejillos de indias quisiera (mujeres, brigadistas, republicanos), la purificación de la raza y muchas más atrocidades.

Comentario enviado por Nuria



-         Personajes ficticios: ¿Actúan en consonancia con las circunstancias
históricas que conoces? ¿Son creíbles?
Los personajes ficticios que interpretan la novela de Prado son muy creíbles, porque actúan en consonancia con la clase a la que pertenecen o la ideología que acompaña a su clase social o a su edad.
Con estos personajes ficticios el autor nos muestra las distintas caras de la sociedad actual al enfrentar problemas relacionados que la época del régimen franquista como es en este caso los niños robados.
De todos podríamos destacar por ejemplo las diferencias que se producen entre la madre de Juan Urbano y el mismo. Ya que su madre, tras haber vivido en el régimen franquista pretende ignorar todas las calumnias cometidas durante esa época recordando únicamente buenos momentos en el teatro, mientras que su hijo, no puede soportar que alguien que vio con sus propios ojos todo aquel infierno cuestione todo lo que él le cuente. Por otra parte también podríamos destacar las diferencias entre Carlos Lisvano y Juan Urbano debido a una diferencia ideológica que se fundamente en que ambos pertenecen a clases sociales diferentes.
Pero entre todos los personajes podemos dividirlos en cuatro caracteres fundamentales: conservadores como Carlos Lisvano, progresistas y luchadores como Urbano, ignorantes como Natalia Escartín, y los misericordiosos que pretenden olvidar  como la madre de Urbano.

-         Personajes reales: ¿Quiénes son? ¿Qué se sabe de ellos? ¿Se ajustan a la realidad histórica o aparecen muy alejados de ella?
Una de las cosas que más destaca de este relato es la intervención, de modo subjetivo, de muchos personajes reales que durante el periodo del Franquismo fueron importantes, pero tanto personajes políticos, como personajes literarios e intelectuales.
Entre todos los personajes reales famosos que aparecen en la novela podríamos destacar sin duda al médico Vallejo Nájera, Carmen Laforet y Mercedes Sanz Bachiller. Estos tres personajes, muy diferentes en su profesión ya que hablamos de un médico, una joven escritora y una funcionaria del estado, se ajustan totalmente a la realidad histórica que describe Prado en su novela y que ellos mismos protagonizaron en la vida real.
Buscando un poco de información en internet podemos verificar que todo lo que Urbano describe como protagonista es cierto. Estos tres personajes encarnan personalidades muy diferentes dentro de un régimen dictatorial. Vallejo Nájera representa la ideología fascista llegada al extremo al suponer que una ideología puede ser causada por algún patrón biológico como intentó demostrar con el franquismo. Mercedes Sanz Bachiller no llegó al extremo de dicha ideología pero si estuvo en el bando nacionalista durante la dictadura. Por otra parte, Carmen Laforet, joven en aquellos tiempos y de ideas totalmente contradictorias al régimen prefirió mantenerse al margen de ideologías políticas para no meterse en problemas, pero aun así  escribió “Nada” que es una representación de España en la posguerra. Al igual que Carmen Laforet muchos otros intelectuales de la época adoptaron esta postura, incluso fingieron estar a favor del régimen para no entrar en problemas.
Representan el dominio de una ideología llevada al extremo y el miedo del que el pueblo era preso durante esos años.
Estimados alumnos. 

Tal y como hemos hablado en clase, abrimos este blog para que hagáis los comentarios sobre las lecturas propuestas.

Por lo que  hemos hablado en clase, algunos de vosotros habéis mostrado interés por "Mala gente que camina" de Benjamín Prado, que además figura en el Pinterest adjunto.
A pesar de que el tiempo es limitado, que tenemos los exámenes y bla, bla, bla, os animo a participar en este blog, en que seguramente os sentiréis más cómodos que yo.

Resumiendo. Aunque el trabajo propuesto era más amplio, lo reduciremos en su versión para el blog

 Os animo a hacer aquí vuestro comentarios sobre los personajes reales y ficticios de la obra, así como a expresar vuestra opinión personal.

¡Ánimo!

miércoles, 12 de noviembre de 2014


Mucho se ha hablado de las Brigadas Internacionales. Dejad que os lo cuenten ellos en tres emocionantes minutos.
Es verdad que no se puede contar todo en solo tres minutos pero se puede llegar al corazón.